En México, como cada año, los alimentos perecederos y no perecederos a los cuales se puede acceder directamente en un mercado suben de precio, generando un impacto en el bolsillo de las familias pues este incremento no es proporcional al salario mínimo establecido en el país, y es importante tomar en cuenta que las familias no solamente invierten sus ingresos en alimento sino en otras necesidades básicas para la vida diaria.

En la ciudad de Tijuana, la canasta básica ha sufrido un considerable aumento como consecuente del precio del dólar, al estar en frontera con Estados Unidos esto impacta en los precios de los alimentos de todo tipo. Por otro lado, es un hecho que la ciudad enfrenta una pobreza alimentaria y esta continúa hoy día, a pesar de disminuir en los últimos años, de acuerdo con cifras de CONEVAL, que indicó que alrededor de 65,800 personas lograron salir de la pobreza extrema, mismas que equivalen a la suma de los habitantes de Tecate y Rosarito. La manera en que las instituciones evalúan y clasifican la pobreza radica en el acceso que tienen a ciertos servicios básicos, condición de vivienda, ingresos y otros aspectos, entre estos, el tipo de alimento que consumen.

En la actualidad, no existe una canasta básica específica, sino que se muestran diferentes versiones de acuerdo a instituciones, tanto públicas como privadas, en donde destacan alimentos que conformen una dieta balanceada y saludable, como carnes, lácteos, cereales, azúcares, frutas y verduras, además de artículos de higiene como jabón, desodorante, papel; y artículos de salud como antibióticos, analgésicos, anti-gripales, entre otros.

Sin embargo, en el Banco de Alimentos de Tijuana, A.C. (BANATI), a partir del esfuerzo de conseguir donativos de alimento perecedero y no perecedero se ha trabajado en conformar una despensa lo más equilibrada posible que al distribuirla en diversas zonas en Tijuana, Rosarito y Tecate, es posible impactar de manera positiva en la economía de muchas familias, esto como una alternativa al bajo poder adquisitivo de la ciudadanía que se encuentra en condiciones de pobreza alimentaria moderada o extrema.

La despensa de alimentos no perecederos BANATI incluye productos variados y estos cambian diariamente, dependiendo de los donativos que se reciben, pero regularmente incluye algún tipo de grano (arroz, frijol o lenteja), bebidas (agua, jugos, refresco), cereales (barras de avena, cereal, galletas), en ocasiones lácteos (leche en polvo o de algún tipo en cartón), y otros productos adicionales complementarios como puré de tomate, salsa picante, café, azúcar, latas, entre otros.

Ante el problema de un salario mínimo insuficiente para cubrir las necesidades básicas, y el aumento de algunos productos básicos que forman parte de la canasta básica, especialmente en el rubro de los alimentos, BANATI atiende la necesidad de una nutrición digna por medio de su programa de beneficiarios que atiende a comunidades e instituciones, facilitando el acceso a alimentos perecederos y no perecederos de manera semanal. Finalmente, es posible destacar que tan sólo en el año 2017, el Banco registró un promedio de 24,660 personas beneficiadas.