El Banco de Alimentos de Tijuana (BANATI), A.C., cuenta con un programa de apoyo dirigido a beneficiarios que radican en Tijuana, Rosarito y Tecate, por medio del cuál la ciudadanía accede a alimento básico, de tipo perecedero y no perecedero. Adicional a esto, BANATI ofrece cursos complementarios que permiten a los beneficiarios aprovechar los alimentos, así como mejorar su calidad de vida en diversos sentidos.
La Coordinadora de Cursos, Lic. Giselle Villagrana, explicó que “los cursos que ofrecemos siempre se llevan a cabo en las instalaciones y se dividen en módulos para que los beneficiarios tengan oportunidad de inscribirse casi en cualquier bimestre del año, además de brindar información actualizada en cada uno”. Los temas son diversos y se realiza un plan descriptivo de cada módulo en donde se incluyen clases teóricas y prácticas.
Estos cursos son exclusivamente para los beneficiarios activos inscritos en alguno de los cuatro programas que BANATI ofrece, y las personas que imparten dichos cursos son externas, por ejemplo, actualmente se cuenta con el apoyo de una psicóloga y una nutrióloga, quienes asisten voluntariamente, se encargan de seleccionar los temas y finalmente de impartir los cursos.
Por mencionar algunas temáticas, la coordinadora precisó que “se cuenta con clases teóricas de nutrición básica, así como clases prácticas de cocina económica, utilizando las instalaciones de BANATI, es decir, la cocina, también los utensilios con los que cuenta evitando solicitar material a los y las asistentes o quienes imparten el curso. Además, cada platillo que se prepara se realiza con los alimentos que semanalmente proveemos a las comunidades, esto para facilitar y estimular la creatividad en cuanto a la manera de aprovechar el alimento recibido”.
A manera de agradecimiento, al finalizar cada módulo se entrega un reconocimiento a los profesionistas que imparten los cursos, pero también a los asistentes, pues es importante una continua motivación para su crecimiento personal y de aprendizaje. BANATI no solamente facilita el acceso al alimento, sino que brinda herramientas prácticas de uso diario a sus beneficiarios.
Idealmente, los beneficiarios asistentes a cada módulo tienen el propósito de convertirse en multiplicadores para a su vez compartir los conocimientos adquiridos al resto de la comunidad, ya que debido al cupo y sobre todo posibilidades de transporte o disponibilidad de tiempo, no todas las personas inscritas pueden asistir. Por ello, “se invita a los representantes de las comunidades e instituciones, así como voluntarios a tomar las clases ofertadas cada bimestre. En el año 2017 se impartieron más de 200 clases y 16 cursos enfocados a nutrición, reciclaje, superación personal y cocina económica. Este año queremos incrementar esas cifras, mejorarlas.” indicó la Lic. Villagrana.
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