La alimentación básica se encuentra constituida por alimento perecedero y no perecedero, y la región es rica en la cosecha de diversos alimentos, presumiendo que cada vez es mayor, ya que de acuerdo a estadísticas oficiales, al paso de los días se ha registrado crecimiento en los índices de producción.

Por ejemplo, en el Valle de Mexicali ha habido mejoras en la siembra y cosecha, con el inicio del ciclo agrícola otoño-invierno 2017-2018, la siembra de hortalizas ha alcanzado hasta 2,015 hectáreas, de las cuales la mayor parte se conforma por cultivos de cebollín, cilantro y col de Bruselas, de acuerdo a Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).

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En lo que concierne a las siembras, una de la mayores registradas en este periodo fue el cebollín con 458 hectáreas, que representa un crecimiento del 14.65%, la col de Bruselas con 393 hectáreas, el cilantro mazo con 287 hectáreas y la lechuga con 212 hectáreas. Por su parte, en Ensenada existen alrededor de 4,200 hectáreas dedicadas al cultivo del tomate, cebollín, lechuga, calabacita, chícharo, entre otros, y 54 superficies en el Valle de San Quintín, en donde se produce el tomate, la fresa, col de Bruselas, chile, papa, entre otros.

En cuanto a los procesos de cultivo, Baja California ha destacado por la producción de fresas, y a nivel nacional, junto con Michoacán, Guanajuato, Jalisco y Baja California Sur, se ha alcanzado la cifra de 392,625 toneladas. Sin embargo, a pesar de continuar posicionado como uno de los grandes productores, el Estado en los últimos años ha disminuido la productividad del alimento debido a cuestiones como es la falta de agua.

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A favor de la mejora e incremento de la producción o cosecha de diversas frutas y verduras, instancias gubernamentales se encuentran trabajando y desarrollando infraestructura que facilite dichos procesos, así como en la optimización del sistema de riego, esto en coordinación con la Comisión Nacional del Agua y Distrito de riego.

Estos esfuerzos benefician a los habitantes del país, especialmente en el aspecto de llevar una alimentación natural con productos provenientes del campo. Actualmente, el Banco de Alimentos de Tijuana, A.C. (BANATI) cuenta con aliados en la lucha contra el hambre, desde agricultores y productores que donan alimento proveniente del campo, y distribuidores de alimentos perecederos en los mercados de abastos y bodegas en la ciudad de Tijuana.